En la lista de actividades que diariamente elaboramos, existen unas actividades más importantes que otras, unas más urgentes que otras y muchas veces nosotros queremos realizar otras que no están en la lista. Al final del día, nos damos cuenta que realizamos aquellas que no eran importantes ni urgentes.
Esto suele replicarse a nuestras finanzas, salud, familia y/o relaciones. Preferimos vivir "al filo del peligro" sin otro beneficio que el placer momentáneo (escasos minutos). Al final del día, ciegamente contamos con que la semana tiene 7 días y el año 365... y nos justificamos con la frase -No hay problema, mañana lo hago.
Tender nuestra cama al despertar, lavar los trastes después de comer, ordenar nuestra ropa, mantener ordenado nuestro escritorio, son ejercicios simples que podrían cambiar compulsiones negativas. Ordenar nuestras prioridades significa, tener control de nuestras decisiones y que éstas nos dejen dormir con la satisfacción de haber realizado un buen trabajo.
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